Cómo prevenir las algas en el invernadero
Los invernaderos proporcionan un ambiente ideal para el crecimiento de algas. La presencia de nutrientes en grandes cantidades, niveles de luz elevados y la alta humedad en el ambiente estimulan el crecimiento de las algas.
En ciertas condiciones, se puede observar cómo crece un «musgo verde» en la superficie del sustrato. Este musgo verde está compuesto predominantemente de algas azulverdosas y verdes. En este artículo le explicamos qué son realmente las algas y cómo prevenir su aparición en el invernadero.
Las algas constituyen un grupo muy diverso y se encuentran en casi todas partes del planeta. Desempeñan un papel importante en numerosos ecosistemas, por ejemplo, ser la base de las cadenas alimentarias acuáticas de las que dependen los recursos pesqueros de los océanos y de las aguas interiores, además de ser responsables de alrededor del 70 por ciento del aire que respiramos.
Pero ¿qué son las algas?
Bien, existen muchos tipos de algas y están presentes en todo el mundo. Estos microorganismos acuáticos desempeñan un papel clave en la cadena alimentaria acuática y en la producción de oxígeno (¡nada menos que el 70 por ciento!). Sin embargo, a pesar de su importancia, la presencia de algas en su invernadero no es necesariamente una buena noticia.
Las algas son en realidad plantas diminutas. Aunque existen variedades de gran tamaño, por ejemplo, las algas marinas, las algas que podemos ver en un invernadero son organismos unicelulares. Se reproducen vegetativamente por división celular. Otros puntos sobre las algas:
- Las colonias pueden crecer rápidamente, romperse o fragmentarse y propagarse.
- Las algas crecen en cualquier área en la que exista humedad, luz y nutrientes.
- Su ciclo reproductivo se basa en la producción de esporas que se transmiten por el agua, el aire y los movimientos mecánicos.
- Controlar la presencia de algas y prevenir su propagación no es cosa fácil.
¿Son dañinas las algas?
Las algas no son dañinas para las plantas. Sin embargo, su presencia puede frenar el desarrollo de las raíces, ya que pueden ralentizar los intercambios de gases del sustrato con el exterior. También pueden atraer insectos que no solo se alimentan de las propias algas, sino que atacan también las raíces de las plantas.
Además, la proliferación de las algas en el material de cubrición de los invernaderos puede reducir la disponibilidad de luz y poner en peligro el crecimiento de las plantas.
Vectores de contaminación
Como vemos, las algas se propagan fácilmente. Para prevenir adecuadamente la presencia de algas en el invernadero, necesitamos comprender cómo se propagan exactamente. La propagación de las algas y su crecimiento es fruto de numerosas condiciones en el invernadero.
Lo primero es recordar el hecho importante de que las algas son capaces de crecer en la superficie de los sustratos, pero también sobre superficies duras. Sus diminutas esporas, de tamaño microscópico, pueden seguir activas en las macetas y bandejas usadas y contaminar los sustratos nuevos. He aquí el motivo de por qué es importante limpiar a fondo las macetas usadas. En segundo lugar, estas esporas pueden adherirse a los operarios y al equipamiento, o incluso verse arrastradas por el agua. La consecuencia es que basta con caminar de un invernadero contaminado a otro para propagar las algas.
También hemos mencionado que las algas pueden transmitirse por el agua, motivo por el cual los depósitos de riego expuestos a la luz pueden acelerar el crecimiento de las algas. Las líneas de riego, sobre todo las de PVC blanco, también permiten la proliferación y propagación de las algas.
Por último, las algas contribuyen a la propagación de fitopatógenos. De hecho, atraen a insectos vectores, como fungus gnats, que pueden propagar las esporas.
Tras todo lo comentado, es probable que comprenda que es casi imposible prevenir la propagación de las algas.
Formas de control
Entonces, ¿cómo podemos prevenir su crecimiento y limitar su propagación? No todo está perdido: sin duda existen varias medidas preventivas que puede tomar.
Control ambiental
Controlar la humedad en la zona de cultivo es una de las medidas preventivas más importantes. Se requiere una buena ventilación para reducir la humedad ambiental. Un flujo de aire horizontal ayuda a mantener secas las superficies y previene la proliferación de las algas.
Desinfección
Cada vez que se detecten algas, conviene tratar de eliminarlas para evitar que se propaguen. Al reducir la población de algas, también reducirá la cantidad de esporas producidas.
- Mantenga los suelos y paredes libres de malas hierbas y restos, ya que son fuentes de nutrientes para las algas. Lave los suelos y paredes periódicamente con un aparato de limpieza a presión. Tras limpiar a fondo las superficies, trátelas con un desinfectante químico que tenga propiedades esporicidas. Con ello, también controlará otras plagas de los invernaderos.
- Los suelos de grava son estupendos para el drenaje, pero pueden ser el caldo de cultivo de algas y larvas de fungus gnat. El uso regular de un alguicida granulado en estos tipos suelos le ayudará a mantener a raya a las poblaciones de inóculos y plagas. Es vital mantener limpias las áreas situadas bajo las mesas de cultivo y los lugares de difícil acceso.
- Si reutiliza macetas y bandejas, límpielos exhaustivamente y trátelos con un desinfectante químico o mediante un proceso térmico.
Gestión del agua
Las plantas necesitan agua y las algas requieren humedad, pero existen varias formas de crear unas condiciones más desfavorables para el crecimiento de las algas.
Evite o reduzca la presencia de agua estancada en los suelos y, en caso necesario, emplee drenaje adicional para asegurarse de eliminar el agua sobrante. Optimice la cantidad y frecuencia del riego. Mantenga limpia el agua de riego y recuerde que los depósitos de riego podrían contener posibles contaminantes. Es esencial limitar la propagación de las algas en el cultivo. La monitorización constante de la calidad del agua (pH, salinidad, bicarbonatos, etc.) puede ayudar a prevenir la presencia de algas en el invernadero.
Control químico
Las paredes de los invernaderos, los pasillos u otros elementos de los invernaderos que no estén en contacto con las plantas se pueden tratar con compuestos de cobre o con productos fitotóxicos (compuestos de amonio cuaternario, dióxido de hidrógeno, peróxido de hidrógeno y ácido peroxiacético, etc.).
En el caso de las superficies que entran en contacto con plantas vivas o raíces en cualquier momento, se debe utilizar un producto químico inocuo para las plantas desarrolladas. Se puede usar cualquier fungicida cúprico empleado para el control de enfermedades (hidróxido de cobre, oleato de cobre, óxido cuproso, sulfato de oxicloruro de cobre, oxicloruro de cobre, 8-quinolinolato de cobre) en la misma concentración.
Estos compuestos se ofrecen en una amplia gama de formulaciones. Debe leer y seguir atentamente todas las recomendaciones de la etiqueta en cuanto a la dosis. Asegúrese de consultar a las autoridades de Agricultura de su zona si necesita más información.
Tipo de sustrato
Para evitar la proliferación de las algas en la superficie de las macetas, es crucial utilizar el tipo de sustrato adecuado para el cultivo en cuestión y las condiciones locales (tamaño de maceta y clima). La proliferación de las algas en la superficie de la maceta se produce si el drenaje del sustrato es demasiado lento y queda agua en la superficie de este durante demasiado tiempo. Provocando la acumulación de algas y la formación de costras.
Por tanto, es importante utilizar un sustrato que presente mejores propiedades de drenaje y una alta porosidad, por ejemplo, Kekkilä FLOW.
Con estas medidas, verá sin duda una reducción de la proliferación de algas en su invernadero.